Hiperconectados por el Edge Computing
La Computación en el Borde o Edge Computing está acelerando la automatización de diferentes industrias en el mundo. La Industria 4.0 es el ícono de la digitalización y la hiperconexión de sensores capaces de procesar información (imágenes, videos y datos) en tiempo real.
Según Gartner, la Computación en el Borde o Edge Computing “es parte de una topología de la computación distribuida en que el procesamiento de la información es ubicado cerca del borde, donde las personas y las cosas producen o consumen información”. Un simple ejemplo es el smartphone que cada uno de nosotros utiliza a diario para hacer un pedido en una app de delivery. Otro ejemplo, de mayor escala, es un vehículo autónomo que debe procesar imágenes y video de diferentes cámaras para identificar la vía, monitorear el tráfico y los obstáculos en la ruta, y datos de sensores de velocidad, frenos, temperatura, cambios en el pavimento o baches en el camino, ubicación por GPS, entre mucha otra data.
Mientras, el vehículo está conectado por medio de 4G o 5G a un centro de procesamiento privado o público en Internet que recibe, procesa y envía información de vuelta al asistente de conducción autónomo, el cual utiliza algoritmos de Inteligencia Artificial para manejarlo, predecir y evitar accidentes. Todo esto en tiempo real, milisegundo a milisegundo, miles de vehículos autónomos conectados, recorriendo las ciudades y autopistas de un país, generando zettabytes de datos procesados en el borde. Y no tan solo eso. En la Industria 4.0, millones y millones de sensores inteligentes capaces de procesar videos y datos en tiempo real son utilizados para la manufactura avanzada y altamente robotizada, minería sostenible y autónoma, las plantas de generación de energía verde, la agricultura y acuicultura de precisión, la movilidad y transporte conectado, la salud asistida y remota, y la seguridad ciudadana y los territorios inteligentes, entre muchos otros usos.
De hecho, McKinsey en un estudio este año identificó más de 100 usos del Edge. Estos son ejemplos de lo que se está implementando en países desarrollados, y que se está viendo en Chile de forma incipiente y cuyo crecimiento veremos cada vez más gradual en la medida que se desplieguen las redes 5G, se implementen los grandes centros de cómputo y datos anunciados el año pasado, y el país aproveche el despegue de la economía que se espera este año post pandemia.
Beneficios y oportunidades
Según el Boston Consulting Group (BCG), a 2024 el 31% de los casos de aplicación del Edge Computing corresponderán a transporte conectado y el 29% a monitoreo remoto y mantenimiento predictivo. Los beneficios del Edge Computing son variados y son una invitación a los diferentes actores de la industria a considerarlos:
1) Una mayor sensorización por medio de miles y millones de sensores inteligentes habilita la automatización y aceleración de procesos productivos en diversos sectores económicos.
2) Una menor latencia en la comunicación permite que el procesamiento de grandes volúmenes de información se realice de forma distribuida en el borde y no concentrada en un centro de cómputo en una nube (privada o pública).
3) Al revés, una mayor latencia en la comunicación, no impide que los servicios remotos habilitados en los dispositivos en el borde sigan funcionando para personas y máquinas en entornos con baja conectividad.
4) Una mayor capacidad de procesamiento de información en tiempo real en el borde permite tomar mejores decisiones y oportunamente para monitoreo y mantención predictiva.
5) Menor costo potencial por utilización de recursos en la nube para casos de uso intensivos en utilización de ancho de banda por la conveniencia de usar sensores inteligentes que serán cada vez más baratos.
Desafíos y riesgos
La hiperconexión de millones de sensores y dispositivos inteligentes trae consigo diversos desafíos para la industria. Los desafíos para las empresas están relacionados con el adecuado entendimiento de los beneficios del Edge Computing y de ser capaces de convertirlos en oportunidades dentro de la estrategia de negocios.
Los desafíos tecnológicos se traducen en requerimientos de diseño y despliegue mucho más complejos que en una aplicación convencional, ya que intervienen diversos componentes de hardware, software, modelo de datos y procesamiento de información (imá- genes, video y datos).
Además, existen desafíos de recursos humanos y culturales por la necesidad de especialistas en integración, interoperabilidad, seguridad y estándares para la implementación de la tecnología, de expertos en análisis de datos e Inteligencia Artificial, y de ejecutivos que entiendan los aspectos tecnológicos y de negocio.
Por último, los desafíos de ciberseguridad y privacidad de datos son acrecentados por los riesgos de exposición que aparecen al interconectar miles o millones de sensores y dispositivos inteligentes que podrían ser blanco de ataques del cibercrimen y por la información sensible que en el borde se genera y procesa, la cual podría ser alterada o robada afectando a la continuidad de la operación del negocio, o a la privacidad de los colaboradores o de los clientes. Según el World Economic Forum en 2020, los ataques a los dispositivos de Internet de las Cosas (IoT) crecieron un 300% en la primera mitad de 2019 y habrá 21 billones de dispositivos conectados en el mundo a 2025. La convergencia entre dos mundos que se mantenían separados hasta hace unos años atrás: las Tecnologías de Información (TI) y las Tecnologías de Operación (TO), hoy se ve propiciada por el IoT y el Edge Computing, lo cual está aumentando los riesgos de la infraestructura crítica en diferentes industrias. Esta convergencia ya demostró que puede dejar vulnerable la infraestructura de plantas nucleares, o de energía, entre otros, a ataques como el de Stuxnet en Irán en 2010, el de NotPetya en Ucrania en 2017, y el reciente ataque de sabotaje a la planta de enriquecimiento de uranio en Irán.
Sin embargo, estos desafíos de seguridad no son todas malas noticias, sino que oportunidades para mejorar el marco regulatorio de esta materia en nuestro país. Y algunas industrias están reaccionando, como el Coordinador Eléctrico Nacional, que el año pasado publicó la normativa de ciberseguridad para las empresas del sector.
Evidentemente los desafíos no deben convertirse en barreras que impidan el crecimiento del IoT y el Edge Computing en nuestro país. Son muchos más los beneficios y oportunidades para los más de 100 casos de aplicación del Edge en diferentes industrias. Por lo que el llamado es a conocer los diferentes usos del de esta tecnología en sus industrias y a abordar los desafíos preparando a especialistas en tecnología y ciberseguridad, como también sensibilizando a los ejecutivos y directores sobre su conveniencia.
Publicado en Revista GERENCIA